El Xeneize llega al Superclásico con una oportunidad inmejorable. Tras vencer a Estudiantes de La Plata, el equipo de la Ribera no solo buscará quedarse con el partido más esperado del fútbol argentino, sino también dar el golpe que podría dejar a River sin participación en la próxima Copa Libertadores.

El equipo de Marcelo Gallardo atraviesa uno de los peores momentos desde su regreso al club. Perdió los últimos cuatro partidos de local —algo que no ocurría desde 1926— y apenas consiguió dos victorias en sus últimos diez encuentros oficiales. Un presente oscuro para el Millonario, que además sufrió una seguidilla de lesiones que complicaron aún más su panorama.

Germán Pezzella, Sebastián Driussi y Facundo Colidio están fuera de las canchas, mientras que Gonzalo Montiel arrastra un esguince leve del ligamento colateral medial izquierdo. Pese a ello, el lateral hará lo imposible por llegar al domingo, sabiendo que River se juega la lucha por la clasificación continental.

Del otro lado, Boca vive un presente más alentador dentro de su característico mundo de turbulencias. Sumó dos triunfos consecutivos —ante Barracas Central en el estadio Chiqui Tapia y frente a Estudiantes en La Plata en UNO—, algo que hace unos meses parecía impensado en este tipo de partidos complicados. En ambos encuentros, el Xeneize mostró solidez, carácter y la figura creciente de Exequiel Zeballos, que se perfila como una de las grandes cartas ofensivas ante una defensa riverplatense que viene mostrando fragilidades.

El Superclásico también marcará un hecho especial: será el primero desde la vuelta de Leandro Paredes al fútbol argentino. Y no solo eso: habrá por lo menos 3 campeones del mundo en cancha, dándole un brillo extra a un partido que ya de por sí paraliza al país.

Claudio Úbeda buscará romper una racha particular. Enfrentará a un Marcelo Gallardo en crisis, pero que desde su regreso al banco de River no perdió ningún clásico, imponiéndose tanto en el Monumental como en la Bombonera.

El domingo a las 16:30 se jugará mucho más que tres puntos. En la Bombonera estarán en juego el orgullo, la continuidad de Gallardo y el destino copero de los dos gigantes del fútbol argentino. Boca tiene en sus manos la chance del “golpe perfecto”: ganar el Superclásico y, de paso, dejar a su eterno rival con un pie afuera de la Libertadores.