Noche negra

El partido entre Universidad de Chile e Independiente, por los octavos de final de la Copa Sudamericana, nos dió una de las noches más violentas del fútbol sudamericano. Pero para entender qué pasó y qué falló, tenemos que ir al inicio.

El día previo
Un día antes, barras de ambos equipos ya tuvieron un enfrentamiento, en el que se reportó robo de banderas por parte de ambos, algo que ya calentó la previa.

El día del partido
La barra de la U entró sin revisión con armas blancas, proyectiles y bombas de estruendo, que más adelante fueron arrojadas a los hinchas de Independiente ndependiente Además, recordemos que fueron colocados en la bandeja superior del estadio, justo encima de la barra, sin cordones de seguridad.

El inicio de la violencia
Con el partido en curso, barras de la U rompieron los baños del estadio y comenzaron a lanzar objetos hacia la parcialidad del rojo (esto incluyó, aparte de lo mencionado, excremento, orina e inodoros), volviendo el ambiente insoportable.

Durante el entretiempo, esto escaló a otro nivel y se comenzaron a arrojar butacas, varias prendidas fuego y fierros.
En un hecho particularmente grave, un hincha de la U tiró una bomba de estruendo hacia “La Garganta del Diablo”, un sector donde habitualmente se encuentran los familiares de los jugadores. Ese hecho terminó de calentar el ambiente.

El segundo tiempo : el principio del fin
La segunda parte apenas se pudo jugar unos minutos. A pesar de que los futbolistas de la U estaban pidiendo calma a su gente, estos siguieron arrojando proyectiles. Además, había heridos en la cancha pidiendo asistencia médica.

En este momento, se pausa el partido y se pide que el equipo visitante desaloje la tribuna.
En ese instante, la policía comenzó a reprimir y llevar presos a los hinchas de la U.

En medio del descontrol, la barra del rojo rompió las puerta que daba a la tribuna y, al ingresar, golpearon brutalmente y tiraron al vacío a hinchas de la U que se encontraban acorralados en el lugar.
Además, los dejaron desnudos y la ropa robada fue expuesta por la hinchada local como “trofeos de guerra”.

La violencia no terminó en la tribuna; en el estacionamiento, hinchas de independiente destrozaron el colectivo de la Universidad de Chile, lo que obligó a los jugadores y cuerpo técnico a permanecer encerrados en los vestuarios durante horas.

Según el último informe son tres los heridos que siguen hospitalizados. Uno está en grave estado. Otros dos fueron dados de alta en las últimas horas, mientras que de los 300 detenidos la mayoría ya está en libertad.

¿Y ahora?
Hasta el momento, el partido ya está confirmado que no se va a volver a jugar, pero no se dio una solución sobre quién pasará a cuartos de final (solo se barajó una resolución en donde los dos equipos quedarían eliminados, siendo esto algo que no sucede desde 1962).

¿Y Independiente?
A pesar de que todavía no hay una sanción en sí, hasta el momento el Estadio Libertadores de América fue clausurado y el próximo partido ante Platense por el Clausura fue postergado.

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“Leandro Paredes tiene una categoría que es distinta. Es uno de los mejores jugadores que tuve, tiene una velocidad diferente”.

Miguel Ángel Russo